En la última década, el mezcal ha ganado gran popularidad comercial y hoy en día, sigue pugnando por ocupar el lugar que merece como parte de la herencia de México para el mundo. Desde luego que hablamos del mezcal.
Esta bebida prodigiosa se obtiene de la destilación del maguey o agave; se dice que esta técnica, la cual se emplea para las bebidas espirituosas más prestigiadas del mundo, llegó al continente americano con la invasión española, quienes a su vez la tomaron de los árabes y de los asiáticos.
Los hallazgos, pasados y presentes, son claves que reconfiguran la historia de las culturas antiguas de México, pero también generan un nuevo conocimiento que reposiciona al mezcal como un producto cultural antes que un mero producto comercial.
De acuerdo con el informe de 2016 del Consejo Regulador de la Calidad del Mezcal (Comercam), la bebida continúa su expansión de manera rápida hacia Estados Unidos, Sudamérica, Europa y Asia.
Registra 364 productores de maguey, 586 de mezcal, 288 envasadores y 467 marcas comerciales.
El Comercam también indica que en 2015 la producción de mezcal aumentó 147 por ciento con respecto a 2011, con dos millones 419 mil 175 litros certificados.
Oaxaca es la entidad que más volumen produce con a un millón 508 mil 849 litros; para exportación, la producción en 2015 fue de un millón 480 mil 263 litros. Actualmente el mezcal llega a más de 50 países.
Según el presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Mezcal (Canaimez), Raymundo Chagoya, el auge de la bebida tiene que ver con el regreso a los orígenes, a lo auténtico, un producto con carácter; además, el apogeo de la cultura “verde” y gastronómica hace que el mezcal tenga mucha demanda.
El agave es una planta que forma parte del maravilloso ecosistema y paisaje de México, así como todos los productos que de ella derivan, que son básicos para la sobrevivencia humana como la fibra o el aguamiel.
Pero, sin duda, el mezcal es la sustancia más sublime en la que el agave se puede transformar, resultado de miles de años de cultura y rito, que son fundamentos de toda una civilización.
La importancia de seguir apoyando el crecimiento de esta bebida que pone tan en alto el nombre de México en el mundo, pero de forma consciente y responsable, preservado la tradición y cultura que la acompañan, recordando que, para todo mal, un mezcal y para todo bien, también.
Afortunadamente, existen apoyos por parte de comisiones, instituciones académicas y otros organismos que conscientes de la magnitud del problema, luchan por la preservación y el respeto a la cultura, además de los derechos de los campesinos.